Son infelices los que, en lugar de aceptar el dolor de una frustración o una perdida, se llenan de sustitutos y escapismos para no pensar en ello.
Son infelices los que, por no aceptar que no pueden ser queridos por todos, se inventan un personaje agradable y complaciente con las personas que les rodean.
Son infelices los que creen que su realización depende de lo que otros hagan o piensen.
Son infelices, finalmente, aquellos a los que nada les parece suficiente.
Dadle a un hombre todo lo que desea,
e inmediatamente pensara que ese todo
ya no es todo...
Emmanuel Kant.
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